Vayamos hilvanando esta puesta en escena y comencemos con lo siguiente:
“ Hay que romantizar el mundo. Así se recupera el sentido primitivo. Romantizar no es más que una potencialización cualitativa. En esta operación se identifica el yo inferior con un yo superior. De igual forma que nosotros mismos somos una semejante serie cualitativa de potencias. Esta operación es todavía ignorada por completo. Dándole a lo corriente un sentido superior, a lo vulgar un aspecto misterioso, a lo conocido la dignidad de lo desconocido, a lo infinito una apariencia infinita, así es como lo romantizo todo. Inversa es la operación para lo superior, desconocido, místico, infinito, esto se logaritmiza mediante esa asociación.” 5
Fijémonos en la palabra romantizar: es una potencialización cualitativa, donde entenderíamos en libre interpretación que potenciar es el engrandecimiento de horizontes de significado, en la medida que ese engrandecimiento es una identificación entre el yo superior (¿acaso el mundo?) con el yo inferior (¿acaso el sujeto?). De esto derivaría entonces la identificación entre sujeto y mundo. Dar cuenta de aquella identificación sería labor del sujeto: “somos una semejante serie cualitativa de potencias”. Quizás es probable entender también potencia como posibilidad. La potencialización se presentaría como anhelo, deseo, acaso esperanza. Esta operación sería voluntarista ante la conciencia de la identificación: “dándole a lo corriente un sentido superior, a lo vulgar un aspecto misterioso (…) a lo infinito una apariencia infinita.(…)”
fragmentos poéticos de Novalis