...¿No ha notado aún que el placer, que es el único objeto de la unión de dos sexos, no es suficiente para constituir un lazo entre dos seres? ¿Qué si es precedido del deseo que los une, es seguido del disgusto y hastío que los separa? ¿Es una ley de la naturaleza sentir el amor a voluntad? Fuerza es tenerlo en toda ocasión; y sería el caso arduo si no bastara que lo hubiese de una sola parte. La dificultad se ha resuelto, pues, a medias; en efecto, uno goza del placer de amar, otro de ser amado, menos vivo en verdad, pero al cual se une el placer de engañar, que sirve de compensación; y todo se arregla así...
...Sepa que deploro a veces que estemos reducidos a estos recursos. En el tiempo en que nos amamos, y yo creo que aquello era amor, yo era dichosa, ¿y usted, vizconde?... Pero, ¿a qué ocuparse ahora de una dicha que no puede volver?...
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