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miércoles, 11 de agosto de 2010

Deleuze, clase sobre el acontecimiento

Quiero decir, con mucha estimación, y que sea verdaderamente un consejo: no mezclen. Tu nos dices: Braudel dice esto, y seguramente, lo que dice Braudel está bien, pero no estoy seguro de que eso implique la discontinuidad del acontecimiento que dices. Pero se podría hablar así. Pero nosotros, nosotros hemos permanecido por varias semanas sobre el acontecimiento no en Braudel, sino sobre el acontecimiento en Whitehead, y Whitehead nos decía: pongan atención, ustedes recuerdan, un acontecimiento no es algo que se hace estallar, es eso también, pero diez minutos pasados en este cuarto son un acontecimiento, aún si no pasa absolutamente nada. Es un acontecimiento. El paso de la Naturaleza, como él lo dice, en un lugar, es un acontecimiento. La vida de la pirámide durante diez minutos es un acontecimiento. No experimento la necesidad de volver a Whitehead, porque lo hemos hecho, todo el espesor de explicación y de definición que Whitehead nos proponía del acontecimiento, desde las series convergentes que implicaban, las prehensiones, las prehensiones de prehensiones, etc... si nos metemos en Braudel, pienso que hay otros valores del acontecimiento. A mi modo de ver ellos tendrían puntos de encuentro muy importantes. No es necesario tomar a un historiador que nos hable del acontecimiento en la historia pues nos ocupamos del acontecimiento por todas partes, el acontecimiento aquí, alguien enciende un cigarrillo es un acontecimiento. Si hay fuego es un acontecimiento, pero hay acontecimientos que son del todo corrientes. ¿En qué medida eso encaja con Braudel? Tengo el sentimiento de que el acontecimiento es doble, que es una bifurcación, que todo acontecimiento es bifurcante, ¿por qué? Primero porque todo acontecimiento se precede, tanto como sobreviene, por eso les decía: no juzguen demasiado rápido sobre su continuidad o su discontinuidad, se sabe que un acontecimiento arriesga precederse y seguirse el mismo.

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