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viernes, 30 de noviembre de 2012


Poemas de
FRANK O’HARA
(1926-1966)
MMiembro distinguido de la llamada Escuela de Nueva York de
Poetas. Nació en Baltimore, Maryland, Estados Unidos. Participó en la
Segunda Guerra mundial y posteriormente estudió música y literatura en Harvard.
Después de cursar su maestría en la Universidad de Michigan se empleó en el Museo
de Arte Moderno de Nueva York, donde trabajaría por el resto de su vida. Ahí empezó a
escribir seriamente. Sus poemas están muy influenciados por la pintura. Murió en un accidente en la
playa donde vacacionaba cuando tenía cuarenta años de edad. Los libros de poesía más originales de Frank
O’Hara son Meditations in an Emergency (1956) y Lunch Poems (1964), suma de cantos improvisados, juegos de
palabras, parodias periodísticas e imágenes surrealistas.
Poema
Algunos días siento que exudo un fino polvo
como aquel atribuido a Pílades en la famosa
Chronica nera aeropagitica cuando la encontraron
y es porque un excavador ha
llegado a la cámara interior de mi corazón
y agitado el papel que lleva tu nombre
No me gusta que ese extraño estornude sobre nuestro
amor
Traducción de IVÁN RODRÍGUEZ
Facultad de Filosofía y Letras/Universidad Autónoma de Chihuahua
Canto
¿Me viste caminar por los talleres de Buick?
Pensaba en ti
tomando una Coca en el calor. Fue tu rostro
que vi en la revista de cine. No era la de Fabián.
Pensaba en ti
y por las vías de tren donde la estación
ha desaparecido misteriosamente
pensaba en ti.
Mientras el camión se alejaba en el crepúsculo
pensaba en ti
y justo ahora.

miércoles, 28 de noviembre de 2012


Frank O'Hara

 
Poema personal



Cuando camino por ahí a la hora de comer
tengo solo dos amuletos en mi bolsillo,
una vieja moneda romana que Mike Kanemitsu me dio
y una cabeza de tornillo que se rompió de un empaque
cuando estaba en Madrid. Los otros nunca
me trajeron mucha suerte aunque sí
me ayudaron en Nueva York a protegerme contra la
manipulación,
pero ahora estoy feliz por un tiempo, e interesado.
Camino por la luminosa humedad
pasando la Casa de Seagram con su agua
y sus vagos y la construcción a la
izquierda que cerró la acera. Si
algún día llego a ser trabajador de construcción
me gustaría tener un casco plateado, por favor.
Y llego a donde Moriarty, donde espero a
LeRoi y oigo quién quiere ser una persona de
influencia los últimos cinco años mi promedio de bateo
es de .016 eso es todo, y LeRoi entra
y me dice que Miles Davis fue garroteado 12
veces anoche afuera de Birdland por un policía.
Una señora nos pide una moneda para una terrible
enfermedad, pero no le damos una. No
nos gustan las enfermedades terribles. Entonces
vamos a comer pescado y una cerveza. Está
bien, pero lleno de gente. No nos gusta Lionel Trilling,
decidimos, nos gusta Don Allen, no nos gusta
Henry James tanto, nos gusta Herman Melville,
no queremos estar en el paseo de los poetas en
San Francisco, incluso solo queremos ser ricos
y caminar en vigas en nuestros sombreros plateados.
Me pregunto si alguna persona de las 8,000,000 está
pensando en mí al estrechar la mano de LeRoi
y me compro una cinta para mi reloj de pulsera y voy
de vuelta al trabajo feliz con la idea de que posiblemente
así sea.


Frank O'Hara(Baltimore, 1926 / Long Island 1966, Estados Unidos de NA)
Traducción de Iván Rodríguez
Facultad de Filosofía y Letras/Universidad Autónoma de Chihuahua 

fotos.miarroba.com


A UN PASO DE DISTANCIA DE ELLOS



Es la hora de comer, así que salgo
a pasear entre los taxis pintados
de ruido. Primero, por la acera
donde los obreros alimentan sus sucios
y brillantes torsos con bocadillos
y Coca-Cola. Llevan cascos
amarillos; supongo que los protegen
de los ladrillos que caen. Luego
por la avenida donde las faldas se arremolinan
sobre los tacones y se inflan
encima de los enrejados. El sol calienta, pero los
taxis remueven el aire. Miro
ofertas de relojes de pulsera. Hay
gatos que juegan en el serrín.
A
Times Square, donde el anuncio
humea sobre mi cabeza, y más arriba
mana suavemente el agua de la cascada. Un
Negro de pie en un portal con un
palillo se mueve lánguidamente.
Chista una corista rubia: él
sonríe y se frota la barbilla. De pronto
todo es bocina: son las 12:40 de
un jueves.
El neón de día es un
gran placer, como escribiría
Edwin Denby, como lo son las bombillas de día.
Paro para tomarme una hamburguesa de queso en JULIET'S
CORNER. Giulietta Masina, esposa de
Federico Fellini, è bell'atrice.
Y chocolate malteado. Una señora que
viste pielesen un día así mete a su caniche
en un taxi.
Hoy hay varios portorriqueños
en la avenida, lo que
la hace hermosa y cálida. Primero
murió Bunny, después John Latouche,
después Jackson Pollock. ¿Pero está la tierra
tan llena de ellos como lo estuvo la vida?
Y uno ha comido y pasea
frente a revistas con desnudos
y carteles de BULLFIGHT y
el Manhattan Storage Warehouse
que pronto será demolido. Antes
pensaba que aquí se hacía el
Armory Show.
Un vaso de zumo de papaya
y vuelta al trabajo. Mi corazón está en mi
bolsillo, son los Poemas de Pierre Reverdy.

(1956)

Frases De Frank O'Hara


El dolor siempre produce lógica, que es muy malo para ti.
¡Todas las cosas son trágicas cuando una madre nos ve!
Incluso en prosa, soy un verdadero poeta. Mi poema está terminado antes de que lo empiece.
Si no apareces en todo el día, todos piensan que estás perezoso o muerto.
Y no se preocupe por su linaje poético o natural.
(...) Y siempre abrazar, gente, tierra, cielo, estrellas, como yo, libremente.
Lo artificial es siempre inocente.
¡Y aquí yo soy el centro de toda la belleza! ¡Escribiendo estos poemas! ¡Imagina!

Poema personal
(1964)
Cuando camino por ahí a la hora de comer
tengo solo dos amuletos en mi bolsillo,
una vieja moneda romana que Mike Kanemitsu me dio
y una cabeza de tornillo que se rompió de un empaque
cuando estaba en Madrid. Los otros nunca
me trajeron mucha suerte aunque sí
me ayudaron en Nueva York a protegerme contra la
manipulación,
pero ahora estoy feliz por un tiempo, e interesado.
Camino por la luminosa humedad
pasando la Casa de Seagram con su agua
y sus vagos y la construcción a la
izquierda que cerró la acera. Si
algún día llego a ser trabajador de construcción
me gustaría tener un casco plateado, por favor.
Y llego a donde Moriarty, donde espero a
LeRoi y oigo quién quiere ser una persona de
influencia los últimos cinco años mi promedio de bateo
es de .016 eso es todo, y LeRoi entra
y me dice que Miles Davis fue garroteado 12
veces anoche afuera de Birdland por un policía.
Una señora nos pide una moneda para una terrible
enfermedad, pero no le damos una. No
nos gustan las enfermedades terribles. Entonces
vamos a comer pescado y una cerveza. Está
bien, pero lleno de gente. No nos gusta Lionel Trilling,
decidimos, nos gusta Don Allen, no nos gusta
Henry James tanto, nos gusta Herman Melville,
no queremos estar en el paseo de los poetas en
San Francisco, incluso solo queremos ser ricos
y caminar en vigas en nuestros sombreros plateados.
Me pregunto si alguna persona de las 8,000,000 está
pensando en mí al estrechar la mano de LeRoi
y me compro una cinta para mi reloj de pulsera y voy
de vuelta al trabajo feliz con la idea de que posiblemente así sea.

Frank O'Hara


 



No soy pintor, soy poeta.
¿Por qué? Preferiría ser
un pintor, creo, pero no lo soy. Bien,

por ejemplo, Mike Goldberg
está empezando un cuadro.
Paso por su casa.
“Siéntate y toma algo”, me dice.
Bebo; bebemos. Alzo
la vista. “Le pusiste SARDINAS.”
“Sí, hacía falta algo ahí.”
“Oh.” Me voy y pasan los días
y vuelvo. El cuadro está
terminado. “¿Dónde están las SARDINAS?”
Todo lo que queda
son letras. “Era demasiado”, dice Mike.

¿Pero yo? Un día estoy pensando
en un color: naranja. Escribo una línea
sobre el naranja. Pronto es
una página entera de palabras, no de líneas.
Luego otra página. Debería tener
mucho más, no del naranja, de
palabras, de lo terrible que es el naranja
y la vida. Pasan los días Está en prosa
incluso, soy un auténtico poeta. Mi poema
está terminado y todavía no mencioné
el naranja. Son doce poemas, lo llamo
NARANJAS. Y un día en una galería
veo el cuadro de Mike, llamado SARDINAS.

Frank O’Hara, Estados Unidos, 1926-1966
Versión © Gerardo Gambolini
imagen: Frank O’Hara, fotografía de George Montgomery,
galería de m kasahara

Why I am not a painter

I am not a painter, I am a poet.
Why? I think I would rather be
a painter, but I am not. Well,

for instance, Mike Goldberg
is starting a painting. I drop in.
“Sit down and have a drink” he
says. I drink; we drink. I look
up. “You have SARDINES in it.”
“Yes, it needed something there.”
“Oh.” I go and the days go by
and I drop in again. The painting
is going on, and I go, and the days
go by. I drop in. The painting is
finished. “Where’s SARDINES?”
All that’s left is just
letters, “It was too much,” Mike says.

But me? One day I am thinking of
a color: orange. I write a line
about orange. Pretty soon it is a
whole page of words, not lines.
Then another page. There should be
so much more, not of orange, of
words, of how terrible orange is
and life. Days go by. It is even in
prose, I am a real poet. My poem
is finished and I haven’t mentioned
orange yet. It’s twelve poems, I call
it ORANGES. And one day in a gallery
I see Mike’s painting, called SARDINES.



Madres de América
¡dejen ir a sus chicos al cine!
sáquenlos de la casa para que ellos no sepan en qué andan
es cierto que el aire fresco es bueno para el cuerpo
pero qué hay del alma
que crece en la oscuridad, cincelada por imágenes plateadas
y cuando ustedes envejezcan como habrán de envejecer
ellos no las odiarán
no las criticarán no sabrán
estarán en algún país glamoroso
que vieron por primera vez un sábado a la tarde o un día de rabona
quizás incluso les estén agradecidos
por su primera experiencia sexual
que a ustedes les costó 25 centavos solamente
                        y que no alteró la paz del hogar
ellos sabrán de dónde vienen las golosinas
                        y las bolsas de popcorn gratuitas
tan gratuitas como irse del cine antes del final
con un amable desconocido cuyo piso está en el edificio El Cielo en la Tierra
cerca del Puente Williamsburg
                        oh madres habrán hecho tan felices a los niños
porque si nadie se los levanta en el cine
ellos no notarán la diferencia
                        y si alguien lo hace será una suerte
y habrán estado realmente entretenidos en cualquiera de los casos
en lugar de andar por el patio
                        o de estar arriba en su cuarto
                                   odiándolas
prematuramente ya que ustedes no habrán hecho nada horriblemente malo todavía
salvo mantenerlos alejados de los goces más oscuros
                        eso es imperdonable
 así que no me culpen si no siguen este consejo
                        y la familia se desintegra
y sus hijos envejecen y enceguecen delante de un televisor
                        mirando
películas que no los dejaban ver cuando eran chicos

Frank O’Hara, Estados Unidos, 1926-1966
Versión © Gerardo Gambolini


Ave Maria

Mothers of America
                      let your kids go to the movies!
get them out of the house so they won’t know what you’re up to
it’s true that fresh air is good for the body
                              but what about the soul
that grows in darkness, embossed by silvery images
and when you grow old as grow old as you must
                                they won’t hate you
they won’t criticize you they won’t know
                        they’ll be in some glamorous country
they first saw on a Saturday afternoon or playing hookey
they may even be grateful to you
                              for their first sexual experience
which only cost you a quarter
                                and didn’t upset the peaceful home
they will know where candy bars come from
                          and gratuitous bags of popcorn
as gratuitous as leaving the movie before it’s over
with a pleasant stranger whose apartment is in the Heaven on Earth Bldg
near the Williamsburg Bridge
              oh mothers you will have made the little tykes
so happy because if nobody does pick them up in the movies
they won’t know the difference
                  and if somebody does it’ll be sheer gravy
and they’ll have been truly entertained either way
instead of hanging around the yard
                or up in their room
                      hating you
prematurely since you won’t have done anything horribly mean yet
except keeping them from the darker joys
                        it’s unforgivable the latter
so don’t blame me if you won’t take this advice
                            and the family breaks up
and your children grow old and blind in front of a TV set
                                  seeing
movies you wouldn’t let them see when they were young



¡Lana Turner se desmayó!
Yo iba trotando y de pronto
empezó a llover y a nevar
y tú dijiste que granizaba
pero el granizo te pega duro
en la cabeza así que en realidad
nevaba y llovía y yo tenía tanta prisa
para encontrarme contigo pero el tráfico
actuaba exactamente igual que el cielo
y de pronto veo un titular
¡LANA TURNER SE DESMAYÓ!
en Hollywood no hay nieve
en California no llueve
yo estuve en muchas fiestas
y me porté de manera totalmente vergonzosa
pero nunca me desmayé realmente
oh Lana Turner te amamos, despierta

Frank O’Hara, Estados Unidos, 1926-1966
Versión © Gerardo Gambolini


Lana Turner Has Collapsed!

Lana Turner has collapsed!
I was trotting along and suddenly
it started raining and snowing
and you said it was hailing
but hailing hits you on the head
hard so it was really snowing and
raining and I was in such a hurry
to meet you but the traffic
was acting exactly like the sky
and suddenly I see a headline
LANA TURNER HAS COLLAPSED!
there is no snow in Hollywood
there is no rain in California
I have been to lots of parties
and acted perfectly disgraceful
but I never actually collapsed
oh Lana Turner we love you get up


Frank O'Hara (nacido el 27 de marzo 1926, y murió el 25 de julio 1966), en la foto de arriba en una fotografía de 1960 tomada por John Ashbery, en Biarritz Mañana tengo que decir youhow Te quiero pensar en ello alwaysI en greymornings deathin con mi boca la Teais nunca enoughthen caliente y el cigarettedry los robechills marrón me tengo que mirar por la youand windowat la noche snowAt silencioso en las likeclouds dockthe autobuses resplandor y estoy lonelythinking de flutesI extraño alwayswhen voy a la arena beachthe es withtears húmedos que parecen minealthough Nunca weepand tienes en MyHeart con un realhumor muy serías mucho orgullo aparcamiento deEl iscrowded y yo standrattling mis llaves del caris vacía como un bicyclewhat haces nowwhere comiste yourlunch y eran therelots itis de anchoas difícil para usted sin mí thinkof frase enel que depressme cuando esté noche aloneLast los numerosos starswere y todaysnow es su CallingCard no seré cordialthere es thatdistracts nada me puzzledo música isonly un crucigrama ya sabes lo que estás iswhen el onlypassenger si no aplace más allá de Mei ruego que no te vayas (de The Collected Poems of Frank O'Hara, 1971)
Frank O'Hara (nacido el 27 de marzo 1926, y murió el 25 de julio 1966), en la foto de arriba en una fotografía de 1960 tomada por John Ashbery, en Biarritz
Mañana
Tengo que decirte 
que te quiero siempre
pienso en ello en gris
por la mañana con la muerte

en mi boca el té
nunca es lo suficientemente caliente como
el cigarrillo y luego
secar la túnica granate

escalofríos me te necesito
y mirar por la ventana
la nieve silenciosa

Por la noche en el muelle de
la luz buses como
las nubes y yo soy solo
pensamiento de flautas

Te echo de menos siempre
cuando voy a la playa,
la arena está mojada con
lágrimas que parecen mina

aunque nunca lloro
y abrazarte en mi
corazón con una muy real
humor que estarías orgulloso de

el estacionamiento está
lleno de gente y yo me encuentro
haciendo sonar las llaves de mi coche
está vacío como una bicicleta

¿qué estás haciendo ahora
¿dónde comer su
almuerzo y estaban allí
un montón de anchoas que

Es difícil pensar
en ti sin mí en
la oración que deprimen
mí cuando estás solo

Ayer por la noche las estrellas
eran numerosas y hoy
la nieve es su vocación
tarjeta no voy a ser cordial

no hay nada que
distraiga a mí la música es
sólo un crucigrama
sabes cómo es

cuando usted es el único
pasajero si hay un
lugar más alejado de mí
te ruego que no te vayas       

(De The Collected Poems of Frank O'Hara , 1971)